Las narcoelecciones

Y no son las primeras. Muchos de nosotros conocemos a los narcogobiernos mexicanos desde hace más de una década. Pero el interés de los narcotraficantes y de los narcogobernantes de nuestro pais sobre las elecciones de este 5 de julio son muy importantes: la batalla entre los grupos delictivos y las "capturas" estan siempre orientados a la victoria electoral de algunos partidos sobre otros. Tanta captura en los ultimos meses no es casualidad.


El llamado cártel de Sinaloa, y su "Chapo Guzmán", y su aliado, nuestro narcojefe de la Policia Nacional Genaro Garcia Luna, y las distintas noticias que ligan al panismo con ellos, pretenden favorecer la estrategia actual de Calderon de pegarle a todos los carteles, menos al del pacífico.


Pero no es el único, el priismo tamaulipeco, el narcogobernador Fidel Herrera, la península de Yucatán (centro de espacimiento del grupo narcomilitar Los Zetas), y los perredistas de zacatecas y tamaulipas, entre otros, pretender "regañar" a Calderón y sugieren intereses particulares para reorientar la estrategia actual de "guerra contra el crimen".

Estas elecciones, a la postre, tendrán efecto sobre los distintos cárteles, porque hay algo clave: el narcotráfico existe porque hay un gobierno que lo avala y lo promueve. Votar, esta vez, también es apoyar o sostener a un grupo criminal sobre otro. La impunidad de toda la clase política impide creer con seguridad que nuestro candidato no esta siendo patrocinado por el narco.



Utilizando la consigna de la seguridad como bandera, todos los partidos, todos coludidos con el narco, declaran su mas incondicional impetu por eliminar la violencia relacionada con el trasiego de droga. Mientras en algunos estados las acusaciones de un candidato contra otro de que negocia con narcotraficanes definiran el resultado electoral, nadie comenta de lo que se ha convertido el país gracias a esta militarización actual. Toques de queda, abusos y violaciones de militares y policias federales en todos lados, la criminalizacion de la juventud, hasta el retorno de la ley seca imperan en muchos municipios. En algunos lugares, las elecciones seran votar de nuevo por el mismo jefe de plaza. En otros, será el terror y la impotencia frente a tanta violencia lo que haga votar o no votar. Y sin embargo nada se solucionará con la guerra del presidente.

Las soluciones al problema de las drogas y la estela de violencia que deja a su paso el tráfico hacia EEUU y el mundo, siempre salen de los de arriba, por mantener sus privilegios y los beneficios que el dinero de la droga otorga a nuestra clase política. Debemos construir soluciones desde abajo, de los que sabemos que el problema del crimen es un problema del sistema y su incapacidad por darle a todos la oportunidad de salir adelante. La clase política también es parte del narcotráfico, es por ello que tenemos que quitarle a esta narcopartidocracia su poder que legitiman en las urnas.