lunes, 12 de octubre de 2009

Sábado de Gloria

Dicen que hay algo que tener,
y no muchos tenemos...

Andrés Calamaro, Estadio Azteca


El sábado la selección mexicana logró su pase a la Copa del Mundo del 2010, derrotando a la selección de El Salvador 4-1, al calor de los coros y porras entonados por una multitud de cien mil almas que llenaba el Estadio Azteca. Unas horas después, seis mil agentes federales, entre elementos de la Policía Federal y el Ejército, tomaron las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro en el Distrito Federal, Estado de México, Puebla, Hidalgo y Morelos.

Con esta acción y el correspondiente decreto emitido por Felipe Calderón en el Diario Oficial de la Federación se liquida la empresa que abastece de energía eléctrica al centro del país, dejando en la calle a 41 mil empleados activos y 25 mil jubilados: por equiparar cantidades, una multitud de más de la mitad del tamaño de aquella que horas antes rugía de euforia en el estadio de futbol.

El argumento de Calderón para decretar el cierre de Luz y Fuerza del Centro es que la empresa es incosteable, y que tiene un déficit de más de 50 mil millones de pesos. Se culpa de su ineficiencia los “ominosos sueldos de los empleados”, quienes comparados con los de la Comisión Federal de Electricidad producen la mitad de giga-watts por hora. Cabe aclarar que el sueldo más bajo en la compañía de Luz y Fuerza del Centro es de aproximadamente 8 mil pesos y el más elevado es de 16 mil pesos, más prestaciones. Los medios de comunicación lanzan ataques contra el Sindicato Mexicano de Electricistas “acusándolos” de que la semana pasada inauguraron un gimnasio que costó 103 millones de pesos “con cancha de basquetbol, salas de squash, karate, aerobics, baños de jacuzzi y vapor”.

Ante el embate contra la empresa, y azuzada por los medios de comunicación, una parte la opinión pública se desvive con hurras hacia la medida tomada por Felipe Calderón, bajo el perverso argumento de que estos trabajadores electricistas no son tan pobres como deberían, y tienen privilegios y lujos que, si los demás no gozamos, no deberían tampoco gozar ellos. En otras palabras, el delito de los trabajadores de la industria eléctrica es que no se están muriendo de hambre, como es el deber histórico de la clase obrera.

Es indispensable no quitar el punto de este renglón: la liquidación de Luz y Fuerza del Centro no sólo conlleva la inminencia de la privatización de la industria eléctrica, sino que agrega una nueva cifra (66 mil personas) a la tasa de desempleo que ya de por sí en el sexenio de Calderón ha crecido 79%. Pero los electricistas no son el único blanco de los despidos masivos perpetrados por el gobierno. Hace no más de un mes el mismo secretario de Hacienda anunció 10 mil nuevos despidos por la desaparición de tres secretarías de estado (la de Turismo, de la Reforma Agraria y de la Función Pública).

El hecho de que el gobierno federal no sólo no se aboque a la creación de nuevos empleos, sino que directamente ejecute despidos masivos debe ser considerado una agresión abierta contra el pueblo mexicano: el Estado que se supone debe regular y garantizar las condiciones mínimas de una vida digna arremete contra la propia población dejándola en la calle.

En la otra columna del periódico, la noticia no es menos alarmante: cinco mil seiscientos “ejecutados” en lo que va del año. En diez meses se ha superado el número total de asesinatos atribuibles al narcotráfico ocurridos durante el sexenio de Fox. El agregado es que este año se han destinado 104 mil millones de pesos para la lucha contra una delincuencia tan exacerbada y desorganizada que ni el mismo gobierno federal con toda su fuerza inconstitucionalmente desplegada en las calles ha podido parar.

La militarización del país le supone a los contribuyentes un “boquete financiero” (por usar los términos de Gómez Mont) de más del doble de los recursos destinados a la compañía de Luz y Fuerza, y los índices de violencia no sólo no se han reducido, sino que han aumentado. Por contraste con los salarios promedio de los empleados de Luz y Fuerza del Centro, el salario promedio de un jefe de departamento de la Procuraduría General de la República es de 31, 800 pesos. Si hay una empresa que urge liquidar, por ineficiente y costosa, es la llamada Guerra contra el Narco.

Pero que el país lleva el rumbo equivocado no es evidente para todos. A pesar de la deplorable situación económica, laboral y de seguridad que se vive, al parecer no hemos tocado fondo, y no se vislumbra una movilización social a la altura de las circunstancias.

El índice de popularidad de Calderón, según la encuestadora Mitofsky, en el pasado agosto era de 62.4%, y se ha mantenido prácticamente sin cambios desde enero de 2007, a excepción quizás de la escalada de marzo de este año, donde a raíz del pánico infundido por la epidemia de influenza subió hasta 68%. Si estas estadísticas son confiables, lo que reflejan es la efectividad del control social ejercido mediante la manipulación de los medios de comunicación, el uso de la fuerza y las medidas ‘sorpresa’ como el golpe al sindicalismo independiente y la amenaza epidemiológica. Es paradójico cómo los gobiernos en sociedades democráticas reciben más y más apoyo de la sociedad mientras más antidemocráticas son las medidas que toman.

Callar sobre política con nuestros vecinos, amigos y familiares nos conduce a la ilusión de que todos estamos de acuerdo, y de que la masa es más homogénea de lo que en realidad es. El silencio es el principio de la inmovilidad social. Por muy indignados y rabiosos que estemos, seguimos esperando que nuestro vecino se levante primero para empezar a actuar. Muy probablemente eso no suceda, pues la gente de este país tiene un umbral inexplicablemente alto de dolor: aguanta las peores vejaciones poniendo siempre la otra mejilla.

En la cuadra de todos nosotros hay un vecino que apoya las medidas del gobierno federal. Todos tenemos un amigo que piensa que los trabajadores electricistas no tienen derecho a un salario digno, alguien que opina que “si yo no tengo prestaciones, tampoco las deben tener ellos” en lugar de pensar que si el SME logró obtener prestaciones laborales mediante un contrato colectivo de trabajo, se deben poder lograr también condiciones laborales justas para el resto de los trabajadores del país.

Lo que necesitamos en este momento no son respuestas (todavía no llegamos ahí), sino empezar a plantear abiertamente las preguntas.

Por ejemplo, yo quisiera preguntarle a los diarios, a las televisoras que tan ávidamente difunden la noticia amarilla, quiénes son las víctimas de estas supuestas pugnas entre cárteles: de qué extracción social son las víctimas, a qué se dedicaban, dónde vivían. Quisiera saber también quiénes son los asesinos, y si los cientos de ejecuciones son realmente ajustes de cuentas o empiezan a rayar en la limpieza social, en un intento de arrasar con las clases más desfavorecidas, probablemente con el aval del mismo Estado como una medida desesperada e inhumana de canalizar el galopante desempleo.

Tenemos que preguntarle al gobierno federal qué está haciendo con los cientos de miles de millones de pesos que se destinan a las tres principales fuerzas en la lucha contra la delincuencia y pedirles cuentas, saber porqué la violencia se exacerba mientras más dinero se invierte en su combate. Independientemente de las simpatías políticas que profesemos, todos necesitamos hacer esas preguntas, todos merecemos una respuesta.

Por una vez, la izquierda reconocerá que es un sector amplísimo con multitud de diferencias internas, pero la importancia de esas diferencias es inversamente proporcional al tamaño de la crisis. Y la que hoy vivimos es una gran crisis, quizás más grande que la que llevó al estallido social de 1910.

Es momento de cerrar filas con los trabajadores organizados, con los mismos que se solidarizaron con el movimiento de defensa de la educación pública y gratuita, y con otras causas sociales igualmente justas. En estos tiempos de naufragio y agotamiento, la lucha del Sindicato Mexicano de Electricistas es la ola que tenemos que aprovechar para llegar a tierra firme y empezar a pelear por cambiar el rumbo del país. Es tiempo de hablar con los vecinos, con la gente de nuestra red local; que sepan lo que pensamos y que piensen con nosotros. Que sepan los que nos conocen que estamos despiertos, que no tenemos trabajo o tenemos miedo de perderlo, que no nos alcanza el dinero, que nos rehusamos a vivir en un país controlado militar y mediáticamente por un puñado de capitalistas, que no llevamos más el tapabocas que nos pusieron en marzo, y que estamos más que nunca dispuestos a recuperar la dignidad.

Violeta Vázquez-Rojas

Cuadro comparativo que muestra el estado que guarda la nación justo antes de 1810, 1910 y 2010



1810 1910 2010
El territorio de la Nueva España es una Colonia. El grueso de la plata se va a España Empresas europeas y de EU tratan a México como si fuera una colonia y saquean el petróleo y otras riquezas México es una Colonia económica de EU. Las multinacionales se llevan todo lo que pueden

El territorio no tiene autonomía. España decide la política económica, sin tomar en cuenta las necesidades de los nacidos en estas tierras

Las empresas extranjeras imponen sus condiciones a los mexicanos

El Fondo Monetario Internacional y Washington dictan la política económica de México, sin tomar en cuenta las necesidades de los mexicanos

Los nacidos en España gozan de grandes privilegios. Casi todos los cargos importantes (gobierno, iglesia y ejército) son para ellos

Los empresarios y operarios extranjeros tienen más privilegios que los nacionales

Los intereses de las multinacionales se imponen siempre sobre los de los mexicanos

Mientras la mayoría vive en pobreza, unas cuantas familias concentran casi toda la riqueza del territorio

Mientras la gran mayoría vive en pobreza, el 85% de las tierras pertenece a menos del 1% de la población

Mientras la gran mayoría vive en pobreza, unos pocos empresarios controlan la bolsa y el grueso de la producción nacional

La oligarquía goza de privilegios extraordinarios y ofensivos

La oligarquía goza de privilegios extraordinarios y ofensivos

La oligarquía goza de privilegios extraordinarios y ofensivos

Hay esclavitud y peonaje. En minas y haciendas, los patrones maltratan y sobreexplotan a los trabajadores

Los hacendados maltratan y sobreexplotan a los peones. Los empresarios hacen lo mismo con los obreros

Hay sobreexplotación. El salario mínimo es de $52 pesos diarios, las jornadas de trabajo son extenuantes

La pobreza es enorme. Los ricos la enfrentan son programas de caridad que son insuficientes

La pobreza es enorme. Díaz la enfrenta con programas de caridad que son insuficientes y demagógicos

85% de los mexicanos vive en pobreza. Los gobiernos neoliberales aplican programas asistenciales (Sedesol y privados)

El régimen de castas discrimina a la gente por el color de su piel; considera que negros e indios son inferiores

Las elites porfirianas, la "gente de bien" discrimina a la "indiada"

La gente "nice" no se junta con "nacos" (egresados de la UNAM, abstenerce)

El gobierno virreinal es insensible a las necesidades de los nativos

Porfirio Díaz está distanciado del pueblo

Al gobierno le valen madre las mayorías

El gobierno actúa con torpeza y toma medidas que lastiman y ofenden a la mayoría

Díaz privilegia los intereses de compañias deslindadoras, hacendados y patrones y desoye las protestas populares

Calderón actúa con torpeza y aplica con rigor las políticas neoliberales

En 1767, el virrey de Croix afirma que los súbditos del Rey nacieron para callar y obedecer

Díaz afirma que la mano dura es indispensable para la paz del país. La democracia es una farsa

La democracia es una farsa. El gobierno impulsa una política de mano dura

La iglesia dicta lo que debe pensar la gente e impide el libre pensamiento y el debate

Díaz subsidia una poderosa prensa oficialista que dicta la agenda y le hace el vacío a la oposición

Un duopolio televisivo aliado al gobierno impone la agenda nacional, le hace el vacío a la oposición e impide el debate

La inquisición ejerce la censura. Persigue, encarcela, tortura y quema a los disidentes

Apoyado en la ley mordaza, el régimen persigue, encarcela y maltrata a los periodistas disidentes

La tv le cierra los espacios a los periodistas independientes. Por su parte, el narco asesina periodistas

Los que piensan diferente son difamados y excomulgados

La oposición es difamada por el régimen y los medios oficiales

La tv margina y difama a la oposición. No hay derecho de réplica

Los opositores son reprimidos con violencia. Se le imponen castigos ejemplares a los líderes rebeldes

Los opositores son reprimidos con violencia. Se le imponen castigos ejemplares a los líderes rebeldes

Los opositores son reprimidos con violencia. Se le imponen castigos ejemplares a los líderes rebeldes

La invasión de Napoleón a España pone en crisis los fundamentos del sistema colonial

La crisis colonial hace tambalear al orden mundial; deriva en una Guerra Mundial y la Revolución Rusa

La crisis económica mundial de 2008 pone en cuestión los fundamentos del sistema neoliberal

En 1808, en el Ayuntamiento de México se abre la discusión. Fray Servando propone revisar el contrato social con España

Los Flores Magón, entre otros, plantean la necesidad de establecer un nuevo contrato social en México

López Obrador, el sub Marcos y otros opositores afirman que el pacto social de 1917 está roto y que hay que rehacerlo

El 15 de septiembre de 1808, un golpe de estado conservador destituye al virrey de Iturrigaray y encarcela a los notables del ayuntamiento

Díaz se hace reelegir tras sacar a Madero de la contienda mediante juicio legal amañado

En 2004, el PAN intenta sacar de la contienda electoral al principal candidato opositor. En 2006 impone a Calderón mediante el fraude

El régimen desoye las protestas, se niega a negociar y reprime

El régimen desestima las protestas, se niega a negociar y reprime

El régimen desoye las protestas, se niega a negociar y reprime

El 15 de septiembre de 1810, Hidalgo da el grito de Dolores

El 20 de noviembre de 1910, inicia la Revolución Mexicana

FeCal dice: "Ahora todo está bajo control"


Claro, les faltó decir que en 1810 el pueblo confió en los criollos, que los traicionaron, en 1910 el pueblo confió en Madero, que no hizo reparto de tierras y le hizo la guerra a Zapata, y ahora el pueblo confía en Andrés Manuel López Obrador... que más temprano que tarde los traicionará.

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